miércoles, 3 de diciembre de 2014

HIDRATOS DE CARBONO: FUENTES, DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN

  
 VERDADES ACERCA DE LOS HIDRATOS DE CARBONO. PARTE II                                                    
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                
1.    PRINCIPALES FUENTES ALIMENTARIAS DE LOS HIDRATOS DE CARBONO.
              
“Los hidratos de carbono crecen en la tierra y no se desplazan”

La glucosa  es el componente fundamental de todos los hidratos de carbono glucémicos. Abunda especialmente en algunas frutas como la uva, en melazas  y en algunas verduras como la cebolla.

                  

                                              
La fructosa es el azúcar habitual de las frutas, la glucosa y fructosa se encuentran  juntas de forma natural en la miel y la industria alimentaria las emplea en zumos, bebidas y conservas.


                            


              
La sacarosa forma el 99% del azúcar común o azúcar de mesa, y se obtiene de la caña de azúcar y la remolacha. Se encuentra en pequeñas cantidades en frutas y zanahoria. La sacarosa está  formada por una molécula de glucosa y otra de fructosa.
       
                          

                   
La galactosa, apenas se encuentra en los alimentos como tal, su fuente más importante es la lactosa de la leche.

La lactosa  está formada por una molécula de glucosa y otra de galactosa. Se encuentra en la leche y algunos derivados lácteos como el yogur y leches acidificadas.
                                                            
              
                         


La maltosa (formada por dos moléculas de glucosa) y la maltotriosa  se encuentran  en los cereales y son muy utilizadas en la  industria alimenticia.
                                                                          

   


El almidón.  Es el hidrato de carbono más abundante en alimentación. Está formado por muchas moléculas de glucosa unidas entre sí. Predomina su presencia en el reino vegetal, se halla en  cereales,  legumbres, raíces y tubérculos (patatas) Nutricionalmente conocidos como polisacáridos complejos.

                 
         


El glucógeno  existe principalmente en el reino animal concretamente en  hígado y músculo.  Las ostras y mejillones son alimentos ricos en glucógeno.


                                                         
La celulosa y hemicelulosa no se parecen químicamente ni estructuralmente al almidón, no son atacados químicamente por las enzimas del intestino delgado, pero si por la flora bacteriana. Forman la mayor parte de la fibra alimentaria. Están  presentes en las paredes celulares de los vegetales. Son los hidratos de carbono no glucémicos y abundan en los cereales y especialmente en el  salvado de trigo.
               
                      


La peptina  se encuentra en las frutas, mientras que gomas y mucílagos se encuentran especialmente en las legumbres.      

              


2.    CÓMO SE DIGIEREN Y ABSORBEN LOS HIDRATOS DE CARBONO ?

La digestión de los hidratos de carbono, concretamente el almidón y glucógeno comienza en la boca al masticar. Gracias a este proceso mecánico podemos reducir el tamaño de los gránulos de almidón, aumentándose así la superficie de exposición para que actúen una serie de enzimas que seguirán trabajando para disminuir el tamaño de las    moléculas de almidón, ahora mediante procesos químicos.

                                                                                                                                                                                      
                                                                                                 
La primera enzima que entra en acción es la ptialina, presente en la saliva, empieza actuando en la boca y sigue su actividad en el estómago hasta que los jugos gástricos con su PH tan ácido detienen su actividad. Es un proceso importante, ya que pueden hidrolizarse o descomponerse cerca del 30-40% del almidón ingerido a través de la ptialina salivar.


     

De ahí la importancia de una adecuada masticación y ensalivación de los alimentos en boca. De la degradación o conversión del almidón en moléculas más pequeñas a través de la ptialina, se obtienen otro tipo de hidratos de carbono (de menor tamaño y  peso molecular) que son: la maltosa, maltotriosa y dextrinas límite.




La descomposición del resto del almidón (es decir el 60-70%) se reinicia después del vaciamiento gástrico en el intestino delgado, fundamentalmente en el duodeno y yeyuno, con la participación de otra enzima la amilasa pancreática cuya participación da como resultado más dextrinas límite, maltotriosa, maltosa y algunas moléculas de glucosa. Este resultado es prácticamente el mismo que el producido por la primera enzima, la ptialina, con la diferencia de que la actividad de la amilasa pancreática es mucho mayor.



                                       

La digestión total o degradación total de los productos resultantes de esta segunda enzima, se da gracias a la actividad de las enzimas situadas en el borde en cepillo de la mucosa intestinal, glucoamilasas y maltasas que hacen que todos los restos del almidón inicial queden convertidos en el producto final, la glucosa.

En el intestino se lleva a cabo también la degradación de disacáridos como la sacarosa para convertirlas en moléculas más pequeñas como la glucosa y fructosa. 
                     



Gracias a la acción de enzimas como las oligosacaridasas los monosacáridos resultantes de la digestión como son la glucosa, galactosa y fructosa son absorbidas en diferentes partes del intestino delgado (duodeno y yeyuno). Dada la composición de polisacáridos y oligosacáridos, el monosacárido más abundante hasta superar más del 90% del total es la glucosa, lo que justifica la gran importancia metabólica de esta sustancia. 


En resumidas cuentas, a lo largo del proceso digestivo de los hidratos de carbono, se van descomponiendo moléculas estructuralmente complejas en otras más sencillas hasta llegar a la glucosa, para que pueda ser absorbida finalmente en nuestro intestino. Cuanto mayor tiempo transcurra en este proceso más gradualmente se irán liberando los azúcares a la sangre, aspecto importante para mantener un peso adecuado y ganar en salud y bienestar.

     

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